Tokio es grande, es hermoso, es limpio, interesante, pero sobre todas las cosas, Tokio es perfecto.
Es una de las primeras cosas que saltan a la vista, acá todo está en su lugar, todo es pulcro, brillante, reluciente. Los miles de tokiotas que se cruzan en un semáforo siguen sus caminos y nadie pecha a nadie. No hay nada de mugre en la calle, hoy vi a un barrendero juntando una pelusa, se los juro!!
Ayer al llegar nos teníamos que tomar el tren de las 17.19, que llegó a la estación exactamente a las 17.19, sus puertas se abrieron justo enfrente de donde las marcas en el piso dicen que hay que hacer la cola para esperarlo, se abrieron exactamente durante 60 segundos, luego se cerraron y el tren siguió su riguroso itinerario, con su andar silencioso y suave.
En la arquitectura la perfección de todo es tal que apenas se puede creer. Se ven alfombras blancas perfectamente blancas, las juntas coinciden al milímetro, las siliconas de las ventanas parecen colocadas por un escultor, todas perfectas.
Los japoneses parecen amar las superficies reflejantes, todo refleja, y todo está impecable como un espejo.
El transito es, por supuesto, perfecto. Auque en dos ocaciones vi autos hacer malas maniobras, eran tacheros en Los dos casos. Se ve que la condicion de taxista prevalece sobre la de tokiota.
Otro aspecto que impresiona es el aspecto de la gente, todos ultra-producidos, todos. Da la impresión de que se producen hasta para salir a hacer mandados, están en un día de trabajo como estaríamos nosotros un día de fiesta. A esto sumarle su gusto por lo estrafalario, no se encuentra a dos mujeres vestidas igual. Los hombres en cambio se clasifican en dos grupos, los de traje impecable y los estrafalarios, todos, por supuesto, muy producidos.
La barrera del lenguaje no es nada que no se pueda franquear. Ellos hablan poco y mal ingles (Los pocos que lo hablan) y asi y todo nos las arreglamos para que nos expliquen que tren tomarnos o que nos entiendan la comida que quemos pedirles.
De todas formas hay que aceptar quela mayoria de Los carteles de las calles estan tambien en ingles memos algunos que esperamos que no Sean importantes. De todas formas hay cosas que nos ah costado entender, por ejemplo no encontre a nadie que sepa como regular la temperatura de la ducha.
En fin, Tokio nos tiene fascinados y eso que apenas llegamos.
Grandes abrazos, procuraré armar un picasa apenas pueda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Varias cosas:
ResponderEliminar-Pah bo buenísimas las fotos del picassa. Las acabamos de ver todas con mari y quedamos fascinados.
-La casa va bien de bien, todavía no nos llevamos muy bien con la temperatura del calefón, pero igual espero que poco a poco nos empecemos a entender.
-Tu cuarto es el depósito con más onda que jamás imaginarías.
-El relato de tokio me lleno de felicidad. Ese amor por lo perfecto y por lo circular... que belleza. Es 1984 boludo!
-Diego perez se la come.
-Lo del cañón del colorado también es brutal...
Abrazo y nos escribimos che!!!